Rúa de San Paio de Antealtares, 23 - 15704
Santiago de Compostela
CORUÑA, A
Razón social: Monasterio de San Pelayo
Nombre comercial: Monasterio San Pelayo
Sector Comercial: ConfiterÃa, PastelerÃa, Residencia y Museo
Teléfono: 981 58 31 27
Fax: 981 56 06 23
Horario oficina: 9:00 a 13:00 y de 16:00 a 19:00
Monasterio Benedictinas de San Pelayo de Antealtares
Iglesia y Monasterio Católico medievales de estilo barroco con Museo de Arte Sacro.
Repostería
Nuestra elaboración de Tartas de almendra es una tradición en la Comunidad que se remonta al S XVIII.
También hacemos almendrados, pastas de té y magdalenas.
Y otros dulces, como brazos de gitano o tartas moka, que elaboramos por encargo y sólo vendemos para recoger en la portería de nuestro Monasterio, salvo que nos lo indiquen a la compra.
Todo ello de forma artesanal y con productos naturales.
Hospedaje
La hospitalidad y la acogida es uno de los aspectos más característicos de la tradición monástica. Fieles a ella el Monasterio tiene una Hospedería en la que recibimos a todas aquellas personas que deseen hacer unos días de retiro, preparar oposiciones, pasar unos días tranquilos, conocer la ciudad, etc.
Para hacer reservas escribir a: monasteriosanpelayo@gmail.com
Museo y Archivo Histórico
El Monasterio alberga un importante archivo histórico abierto a investigadores y estudiantes. Los documentos pueden consultarse en la Sala de Investigadores.
Nuestro archivo se compone de cuatro fondos muy cualificados: Fondo de San Pelayo, Fondo de San Martín, Fondo de San Salvador de Cornellana y Fondo del Condado de Altamira. El más extenso y que incluye los pergaminos es el de San Pelayo o San Payo.Podía ser mucho más grande si los avatares de la Historia no lo hubiesen mermado considerablemente: entre estos podemos contar dos quemas que sufrió el archivo, perdiéndose para siempre documentos muy importantes: la Invasión Francesa que hizo muchos destrozos, documentos que, prácticamente quedaron inutilizados, ya que arrancaron las tapas de pergamino de los libros y se llevaron con ellas los primeros folios. Y la Desamortización de Mendizábal que despojó al archivo de S. Pelayo de muchos documentos, llevándolos a diferentes lugares de la geografía gallega y, desde Galicia, a otros sitios más o menos distantes.
Horario Museo: Lunes a sábados de 10:30 a 13:30 h. y de 16 a 19 h.
Tarifa: Entrada general: 1,50 € ---- Grupos: 1 € por persona
El Monasterio de San Paio de Antealtares fue el primero que tuvo la ciudad de Santiago, puesto que surgió en el siglo IX por deseo de Alfonso II, quien hizo venir doce monjes benedictinos para custodiar las reliquias del Apóstol. A finales del siglo XV serviría de primera sede del Estudio Viejo de Santiago, fundado por Lope Gómez de Marzoa, broto de la actual Universidad de Compostela.
Se accede al museo de Arte Sagrado a través de la iglesia del monasterio. La exposición permanente se divide en las siguientes secciones:
Sección de ofebrería, en la que se muestran piezas desde el siglo XV hasta el XX.
Sección de escultura, con una muestra de escultura en piedra y en madera. Dentro de la imaginería destaca un Cristo crucificado del Románico con características que revelan la transición al Gótico y que se data en el siglo XIII, y una interesante exposición de las diversas representaciones de la Virgen María, por el especial interés de las monjas benedictinas en la difusión del culto mariano.
Sección de diplomática, que expone documentos referentes a la vida monástica y a la historia del monasterio. Esta sección se completa con la existente en el archivo, que custodia documentación desde el siglo X.
Sección de pintura, que acoge muchos óleos de temática religiosa relativos en su mayoría a la orden benedictina.
Sección de ornamentos litúrgicos, una interesante muestra de casullas, capas pluviales, estolas y dalmáticas, principalmente de los siglos XVII y XVIII.
Sección de piezas especiales. En esta sección puede verse el primitivo altar del Apóstol Santiago compuesto por una ara de mármol y un pie semicilíndrico.
(Cita. "Museos de Galicia" Xunta de Galicia) https://museos.xunta.gal/es/museos
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Dada la importancia que nuestro Padre San Benito en su Regla concede a la hospitalidad y acogida monástica para con todas aquellas personas que, por el motivo que sea, se acercan a nuestros monasterios, nos ha llevado en el momento actual a crear este espacio virtual, para atender a un nuevo tipo de visitante que ya no toca el timbre que se encuentra en la portería del monasterio, sino que se acerca por medio de Internet. En este Portal podréis encontrar información sobre nosotras, nuestro modo de vida e historia del monasterio. Esta portería Web de ningún modo pretende reemplazar a la portería real, que se alcanza viniendo personalmente al Monasterio, pasando unos días en nuestra hospedería, participando en las celebraciones litúrgicas que la Comunidad, al ritmo de las Horas, celebra cada día. Porque el monasterio es, ante todo, una comunidad de orantes que trasciende el tiempo queriendo hacer vida las invitaciones de la Santa Regla, pauta de los días monásticos. Hay muchas maneras de contemplar un monasterio. Si desde fuera es siempre un espacio atrayente, desde dentro es además un espacio armónico inesperado, sorprendente. Por eso a quienes quieran conocer más sólo podemos decirle aquello del Maestro: “Venid y lo veréis” (Jn. 1, 39).
¡Que Dios os bendiga!
Quiénes Somos / Espiritualidad Benedictina
Somos una comunidad de monjas benedictinas o, lo que es lo mismo, un grupo de mujeres consagradas a Dios en el seno de la Iglesia Católica que tienen como norma de vida el Evangelio según la Regla de san Benito, la cual contiene unos principios firmes basados en la Palabra de Dios, un programa de vida espiritual, unas normas para estructurar un monasterio y una comunidad. Los medios que San Benito nos ofrece para llevar a cabo este proyecto son: La Regla como norma de vida, la Comunidad como lugar teológico de la presencia de Cristo en medio de las hermanas, y la Abadesa como servidora y animadora de vida fraterna.
En la actualidad somos 26 Hermanas herederas de una larga historia y herencia. Más de quinientos años después de nuestra fundación en el corazón de Compostela, las seguidoras del Santo de Nursia continuamos en Antealtares como única presencia monástica, pero en continuidad, de aquellas otras de la Orden que tuvo la ciudad de Santiago desde sus mismos orígenes a principios del siglo IX.
Toda nuestra vida se cimenta en tres pilares: El Oficio Divino: es la oración oficial de la Iglesia, en la que Dios habla a su Pueblo y éste le responde con el canto y la alabanza. Su culmen es la Eucaristía y en torno a ella se articulan los siete momentos de oración que santifican el curso del día. La Lectio Divina: literalmente “lectura (de las cosas) de Dios”. Es una lectura orante de la Biblia en la que a través del texto se entabla un diálogo personal con Dios. Es el corazón de la tradición espiritual benedictina. El trabajo: nos ocupa el resto de la jornada. Como nos dice san Benito: Así son verdaderamente monjes cuando viven del trabajo de sus manos (RB 48, 8) El tipo de trabajo es flexible y se adapta a las necesidades de cada monasterio.
Orígenes
Antealtares, originariamente monasterio de monjes bajo la advocación de San Pedro, fue el primer cenobio que tuvo Compostela. Su comunidad formó parte esencial desde la Alta Edad Media del núcleo devocional y cultural del “Locus Santi Jacobi” Surgió en el siglo IX por deseo de Alfonso II de Asturias, el Casto, cual hizo venir a doce monjes benedictinos para que custodiasen las reliquias del Apóstol. Su labor se centró en el cuidado del Altar del Apóstol, el servicio litúrgico y la atención de los primeros peregrinos. Entre sus abades figuran dos santos: Pedro de Mezonzo y Fagildo Hacia mediados del siglo XII, a lo que parece, San Pedro fue relevado como titular por Pelayo, el niño mártir gallego.
Ara de Antealtares: es éste un monumento excepcional, de humilde aspecto que, según la Tradición, fue el altar erigido por los discípulos de Santiago, a mediados del siglo I, en su edículo o cámara funeraria. Dicha ara permaneció inamovida como altar principal de las tres basílicas que, con el discurrir del tiempo, fueron erigidas en honor del Apóstol, removiéndose el año 1105 por orden del obispo Gelmírez, por otro de mayores proporciones. Este prelado tuvo a bien regalárselo a la comunidad benedictina de Antealtares, la primera que atendió al servicio de la tumba de Santiago.
Relevo Femenino
A finales del siglo XV la vida monástica de Antealtares fue decayendo. Con la reforma de los Reyes Católicos San Pelayo desapareció como monasterio de monjes, pasando éstos a pertenecer a San Martín Pinario, situado éste también en Santiago de Compostela. Poco después, en 1499, Fray Rodrigo de Valencia, prior de San Benito de Valladolid y Reformador General, por mandato de los Reyes Católicos unió a todas las benedictinas gallegas (14 prioratos), y trajo de Castilla como abadesa a Dña. Beatriz de Acuña y a un grupo de monjas observantes. De este modo se convirtió este monasterio en el centro de la reforma de los Monasterios femeninos de la Orden en Galicia. Se confirmó la fundación y dotación mediante bulas papales de Inocencio VIII y Alejandro VI y la autoridad del Capítulo General de la Congregación de Valladolid el día 23 de julio de 1499
En Búsqueda
La vocación es ante todo un don que Dios pone en nuestro corazón. Todo discernimiento vocacional es una búsqueda del rostro de Dios, un preguntarse qué quiere el Señor de mí, a qué proyecto de vida y amor me llama. Se trata de que cada uno sea lo que es desde Alguien que le llama. La vocación no es algo que uno elige solo, como quien elige unos estudios. Por eso es necesario un discernimiento. Este proceso no es sencillo: todos necesitamos un hermano mayor en la Fe y en experiencia que nos guíe y nos ayude a contrastar nuestros sentimientos y actitudes, y a distinguir la voz del Señor de otras voces.
Etapas del camino monástico
Para discernir si la voz que uno cree haber oído en el fondo de su alma es verdadera llamada de Dios -verdadera vocación- a la vida monástica, san Benito institucionalizó ya en su tiempo, un año de noviciado que la Iglesia haría suyo. Con el correr de los siglos se han ido fijando diversos plazos de tiempo. Son los que siguen.
– Un discernimiento previo a la entrada (ir conociendo nuestro carisma mediante conversaciones, lecturas, algún día en nuestra hospedería, la posibilidad de hacer una experiencia en clausura).
– Una vez dado el paso de entrada en el monasterio tenemos un período (en torno a un año) de postulantado: etapa de introducción en la vida de comunidad.
– Pasados estos meses de mutuo conocimiento tiene lugar el inicio del noviciado canónico con la toma de hábito. Nuestro noviciado dura dos años, es un tiempo privilegiado de formación para empaparse bien de nuestro carisma.
– Transcurrido el cual, se solicita la admisión a la Profesión Temporal. Se hacen los votos por tres años.
– Por fin, si tras deliberarlo muy seriamente consigo misma, y si la comunidad también lo ve, la candidata es admitida a la Profesión Solemne mediante la cual nos ligamos de por vida al Señor y a esta comunidad monástica concreta. Este paso no es punto de llegada, al contrario, es punto de partida. Inicio de nuestra particular misión dentro de la Iglesia.
Te invitamos a leer nuestro tríptico informativo. ¡Quizá te ayude! (Verlo en catálogos)
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